recuerdos

Todo lo aquí expuesto, son los recuerdos vistos con ojos de la infancia. Las imágenes son solo ilustrativas, salvo las que lleven algún tipo de especificación. Deseo que este blog, sirva para evocar también vuestros recuerdos... si así fuera, dejen su comentario y compartámoslo. Gracias.

apuntes 9


Cuando era muy niña, esperaba a los reyes magos, debía dejar, en la noche del 5 de enero, mis zapatos fuera de la casa, además de agua y pasto para los camellos... junto con una cartita, donde pedía aquello que deseaba recibir de regalo.
Recuerdo que pasaba una larga temporada en casa de mis abuelos para las fiestas, incluso reyes, por lo tanto, allí dejaba mis zapatos también, en medio del gran patio, y allí por arte de magia, muy temprano, en la mañana del 6 de enero, aparecían mis regalos, los que supuestamente dejaban en mi casa, y los que correspondían a la casa de los abuelos.
Pero una vez, descubrí, que si no todos, al menos uno de los reyes magos, ¡era la abuela!


Sucedió que debido a la impaciencia, escribí mi carta (a instancias de la abuela) mucho antes del atardecer del 5 de enero, en la cartita que dejé en mi casa, manifesté que deseaba un muñeco, de esos llamados "bebote malcriado", eran muy reales. (Todavía lo guardo). En la otra carta, pedía una regadera de verdad, y un mortero de piedra... Entonces, noté, unas horas después, que había otra carta junto a la mía ¡los reyes me habían contestado! corrí al patio, y antes de abrir la nota, reconocí el papel... qué extraño, era igualito a las hojas de un cuaderno de la abuela... al leerlo decía, que para los reyes, era difícil conseguir un mortero de piedra, así que me traerían uno de madera o que les dijera si quería otra cosa.
Quedé perpleja, reconocí también la letra, ¡era la letra de la abuela! En ese momento levanté la vista y vi su rostro feliz contemplándome, no demostré sorpresa, oculté mis sospechas, jamás le dije nada, nunca. A pesar de haber descubierto, que los reyes solo me dejaban los regalos en mi propia casa, seguí sacando los zapatos al patio, y hasta los 14 años, dormí la noche del 5 de enero en casa de los abuelos.
Recordaba esto, porque encontré en unos de los cuadernos, algunas de mis cartitas, aún mi madre las guardaba.


A veces digo que ya no tengo espacio para tantos papeles y objetos viejos que heredé, pero cuando mi madre falleció, hace tres años, encontré entre sus cosas, cientos de recuerdos, lo que hago es usarlos, ya no los amontono por ahí, pues solo juntan polvo, ollas de barro, de hierro, manteles, carpetitas tejidas, cortinas, y hasta botones de nácar, con los que bordo almohadones y todo lo que se puedan imaginar, teteras, botellones, en fin, mi casa desborda de utensilios antiguos, que no los cambio por nada, pues con solo mirar un mantel bordado, por ejemplo, ya vienen a mí los bellos recuerdos de la infancia.
Como un viejo trozo de lienzo blanco, puro algodón, que me llevó a buscar esta receta, de lo que hoy podríamos llamar aceite esencial puro de laurel.

"Para conseguir al momento, aceite bien oloroso de laurel, usé una taza de pepitas maduras o verdes pero de las grandes.


Ahora las he machacado mucho, y a la olla a hervir 20 minutos en dos tazas de agua.
Después dejo que reposen 2 horas y filtro, guardo el agua que también es buena.
Envuelvo las pepitas cocidas con el lienzo y presiono hasta que salga todo el aceite de color verde espeso y muy fragante.
Lo he guardado en un frasco de vidrio lavado con jugo de limón."

Resulta que encontré el viejo trapo que usaba la abuela para hacer este aceite, que según ella era especial.
Hoy lo hice, y les aseguro que realmente es muy aromático y concentrado. Claro, este es un sistema que llaman "por presión", como hacen el aceite de oliva, por supuesto que mucho más artesanal y menos complejo... Sé que con este aceite, ella preparaba unos ungüentos, que ya buscaré la receta...

1 comentario:

  1. Muchas gracias, por compartir estos recuerdos tan bonitos, la verdad que me encantan tus reletos de al abuela Clara.

    Un beso.
    Cris.

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