recuerdos

Todo lo aquí expuesto, son los recuerdos vistos con ojos de la infancia. Las imágenes son solo ilustrativas, salvo las que lleven algún tipo de especificación. Deseo que este blog, sirva para evocar también vuestros recuerdos... si así fuera, dejen su comentario y compartámoslo. Gracias.

apuntes 7



Han pasado las Fiestas. Ya recibimos el nuevo año, y en esta región del planeta, el verano está a pleno.
El calor invita a madrugar mucho, para realizar las tareas de la casa con "la fresca". Comencé a cosechar hierbas, flores de lavanda, manzanilla, semillas de amapola y cilantro... Y aprovecho en las largas y calurosas siestas, para leer los cuadernos de la abuela. Es inevitable soñar, los recuerdos, a veces vienen en sueños. En una página muy ajada, encontré una lista de hierbas cultivadas por la abuela, y entonces volví a pisar ese suelo oloroso y blando, rodeado de una cerca de madera "encalada", al oeste la puertita azul, al abrirla, uno se encontraba con un pequeño claro, de tierra apisonada y algunas baldosas, allí estaban las herramientas y la regadera de zinc junto a algunas macetas de barro, allí me sentaba, mientras ella cortaba flores de lavanda y violetas. La abuela me contaba que en España, su madre le había enseñado a cuidar de algunas plantas del jardín, cuando era muy niña, se hizo cargo de una planta de violetas, y de un cerco de lavanda, debía regarlos a diario. Por eso también a mí me inculcó el amor por los jardines y los huertos.
Entonces yo tendría unos siete años de edad, y los amaneceres entre esa cerca, me sorprendieron muchas veces quitando maleza, o atando ramilletes de flores, mientras la abuela, perdía la vista en el cielo largo rato, ensimismada quien sabe en que pensamientos... u otros recuerdos...
Y leí esto:
"Hierbas aromáticas y medicinales:
Tomillo, orégano, salvia, romero, manzanilla, borraja.
Lavanda.
Flores, amapolas, rosas, violetas, azucena (cortar los bulbos para el aceite)
Preparar los atados para el secadero".
¡No pude evitar dar rienda suelta al llanto! Lo había olvidado por completo. Cuando reconocí la letra, recordé aquella mañana en especial.
Era verano, y la abuela me llevó a la huerta justo antes del amanecer, porque así debía ser, las hierbas se cortan a esas horas -decía- ella llevaba puesto su eterno delantal de algodón, un sombrero de rafia (que guardo en el baúl) y enormes tijeras.
Cruzamos el patio, grande y cuadrado, de cemento, rodeado de árboles, álamo, laurel, alcanfor, sauce, tilo y un cedrón. Más allá la galería con sus glicinas y el parral, a paso vivo, la abuela me llevaba de la mano, mientras yo cuidaba de no perder el cuaderno, que asomaba de una bolsa tejida, que se balanceaba en el extremo de un cordón asido a mi cintura.
Yo miraba mis pies que marchaban al lado de los pies de la abuela, intentando contar los pasos, ¡pero la abuela caminaba siempre tan rápido!
Cuando llegamos al huerto, cantaban los pájaros, empujé yo la puerta azul, y otra vez descubrí aquel lugar mágico, con ojos de niña, todo es más grande, los colores más brillantes, los aromas más dulces. Me senté como de costumbre en la entrada, en un banco de madera, mientras la abuela, se internaba entre los caminos de ladrillo que custodiaban las hileras de lavanda, tomillo... en el otro extremo los rosales, junto a una bomba de agua (también la guardo, atesorada en mi propio jardín). De a ratos solo veía su sombrero de rafia, y escuchaba su voz, que me dictaba: "Hierbas aromáticas y medicinales: tomillo, orégano, salvia, romero, manzanilla, borraja. Lavanda.
Flores, amapolas, rosas, violetas, azucena (cortar los bulbos para el aceite)
Preparar los atados para el secadero".

Y hoy, justo antes del amanecer, corté la lavanda, y preparé los atados para secar.

2 comentarios:

  1. Clara....te seguire a donde vayas con tus historias....aca me tenes nuevamente...que lindo el relato de hoy, puedo sentir el olor a tierra mojada...y a ese olor concentrado de las hierbas cuando los primeros rayos de sol evaporan las gotitas de rocio...mi abuelo tenia "quinta" tambien...me encantaba verlo con las manos enguantadas, y los pantalones con las rodillas llenas de barro...y su gorro de rafia...todos los abuelos tendran uno?....te mando besos grandes...y aca te espero!

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  2. Clara, maravillosas las cosas que escribes, que lindo es saber ponerles palabras a los sentimientos y vivencias, te admiro.
    Encontre, este blog gracias a mi hija Soledad.
    Gracias Sole por lo que escribis del abuelo, es asi tal lo descibis.
    Besos Clara.
    Maria Elena

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